¿Qué ha cambiado en la ley de pensiones este año?

En 2025, España experimenta una nueva fase en la reforma de su sistema público de pensiones. Estos cambios son resultado tanto de compromisos adquiridos con Bruselas como de la necesidad urgente de asegurar la sostenibilidad financiera de la Seguridad Social ante el envejecimiento poblacional. Este año entran en vigor normas que afectan a millones de personas: jubilados, trabajadores próximos a jubilarse y nuevos cotizantes.

A lo largo de este artículo te explicamos con detalle qué ha cambiado en la ley de pensiones este año, cómo afectan estas modificaciones a las edades de jubilación, los tipos de pensión, las bases de cotización, la revalorización de las prestaciones y las nuevas oportunidades para compatibilizar trabajo y pensión.

1. Aumento de la edad legal de jubilación

Uno de los cambios más visibles y significativos es el incremento de la edad legal de jubilación. En 2025, esta se sitúa en 66 años y 8 meses para aquellos trabajadores que no hayan cotizado al menos 38 años y 3 meses. Solo quienes superen ese periodo de cotización podrán jubilarse a los 65 años.

Este aumento responde a un calendario progresivo que se implementa desde 2013, y cuyo objetivo es alcanzar los 67 años como edad ordinaria en 2027. El cambio busca adecuar el sistema a la mayor esperanza de vida y garantizar la equidad intergeneracional.

2. Nuevos coeficientes en la jubilación anticipada

Se han modificado también los coeficientes reductores que se aplican en caso de jubilación anticipada. En lugar de penalizar de forma anual, ahora se calculan por meses. Esto permite ajustar con mayor precisión la pensión que recibirá el trabajador si decide jubilarse antes de la edad legal.

Por ejemplo, una persona que decida jubilarse 12 meses antes sufrirá una reducción del 4,75 %, pero si lo hace solo tres meses antes, la penalización será mucho menor. Además, quienes accedan a la jubilación anticipada forzosa (por despido o reestructuración empresarial) tienen coeficientes más favorables que quienes lo hacen de forma voluntaria.

3. Aumentos en la pensión máxima y mínima

En 2025, la pensión máxima se sitúa en 3.267,60 euros mensuales en 14 pagas, lo que equivale a 45.746,40 euros anuales. Además, el Gobierno ha aprobado un incremento progresivo adicional hasta 2027 para este tipo de pensión con el objetivo de evitar una congelación que afecte a quienes más han cotizado.

Por otro lado, las pensiones mínimas también aumentan: se incrementan hasta un 6 % respecto al año anterior. Las pensiones no contributivas suben un 9 %, y la pensión de viudedad para personas con cargas familiares se incrementa hasta un 9,1 %. Estos aumentos buscan asegurar un umbral mínimo de dignidad y cubrir el coste de la vida actual, especialmente para los colectivos más vulnerables.

4. Revalorización de todas las pensiones según el IPC

Como parte del acuerdo alcanzado en la reforma de 2021, las pensiones se revalorizan en función del Índice de Precios al Consumo (IPC) medio del año anterior. En 2025, esto se traduce en una subida general del 2,8 %. Este ajuste automático se consolida como norma fija, garantizando que los pensionistas no pierdan poder adquisitivo frente a la inflación.

5. Compatibilidad entre pensión y trabajo

Otra de las reformas más relevantes de este año es la mejora en la compatibilidad entre la pensión de jubilación y el trabajo. La jubilación activa, que permite trabajar y cobrar el 50 % de la pensión, se flexibiliza: ya no es necesario tener el 100 % de la base reguladora reconocida, y se permiten más tipos de actividad, tanto por cuenta ajena como propia.

Además, los incentivos para retrasar la jubilación también se amplían: por cada año que se retrase la jubilación respecto a la edad ordinaria, se aplica un incremento adicional del 4 % en la pensión o una cantidad a tanto alzado, según el tiempo cotizado. También existe la posibilidad de combinar ambas opciones.

6. Nuevos criterios para empleos penosos o peligrosos

En 2025 se regula el procedimiento para aplicar coeficientes reductores en profesiones especialmente duras, peligrosas o tóxicas, permitiendo a los trabajadores acceder a la jubilación anticipada sin penalizaciones. El Real Decreto 402/2025 establece un sistema transparente para que sindicatos, empresas o sectores soliciten esta evaluación para colectivos específicos.

Esta medida es especialmente importante en sectores como el de la construcción, limpieza industrial, minería, transporte o cuerpos de seguridad, donde la esperanza de vida laboral es más corta por el desgaste físico o los riesgos laborales.

7. Cotización adicional: Mecanismo de Equidad Intergeneracional

El Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI), implantado en 2023, sigue aumentando progresivamente. En 2025, los trabajadores cotizan un 0,8 % adicional sobre su salario, frente al 0,7 % de 2024. Esta cotización, compartida entre empresa y trabajador, busca reforzar el fondo de reserva de la Seguridad Social para afrontar el aumento del gasto en pensiones derivado de la jubilación masiva del baby boom.

Además, se introduce la llamada “cuota de solidaridad”, que afecta a las bases salariales más altas: aquellos que cobran por encima de la base máxima de cotización contribuyen un porcentaje adicional al sistema, entre el 0,92 % y el 1,17 %, según el tramo.

8. Autónomos y pensiones: situación en 2025

Aunque las reformas se han centrado en el régimen general, también se producen algunos avances para los trabajadores autónomos. Se consolida el nuevo sistema de cotización por ingresos reales y se mantiene la exención del MEI y la cuota de solidaridad para este colectivo.

Además, los autónomos societarios pueden acceder ahora a la jubilación activa en condiciones más ventajosas, siempre que su actividad no sea puramente administrativa. También pueden seguir cotizando si optan por la jubilación demorada, acumulando bonificaciones futuras.

9. Revisión del déficit del sistema

Pese a estas reformas, expertos independientes y organismos como el FMI han advertido que el sistema aún podría enfrentarse a un déficit estructural en las próximas décadas si no se acompaña de otras medidas. El Instituto Santa Lucía calcula que el déficit podría alcanzar el 2,3 % del PIB en 2050. Por ello, se estudian reformas complementarias como fomentar planes privados de empresa, aumentar los años de cálculo de la pensión y potenciar el empleo sénior.

10. Cómo afectan estos cambios a los trabajadores actuales

Los principales grupos afectados por la reforma de 2025 son:

  • Personas entre 58 y 65 años que están planificando su jubilación.
  • Empleados en sectores de alta penosidad que pueden beneficiarse de coeficientes reductores.
  • Trabajadores con bases máximas, que aportan más con la cuota de solidaridad.
  • Autónomos, a quienes se les exige cotizar por ingresos reales, pero se les ofrecen nuevas fórmulas de compatibilización.

La recomendación general es revisar con un asesor especializado cuál es tu edad efectiva de jubilación, qué incentivos puedes obtener por prolongar tu vida laboral y cómo afecta tu base de cotización a tu futura pensión.

Los cambios en la ley de pensiones de 2025 suponen una evolución necesaria para adaptar el sistema a los nuevos desafíos económicos y demográficos. Aunque no se trata de una reforma radical, sí marca una clara dirección: premiar la prolongación de la vida laboral, garantizar el poder adquisitivo de los pensionistas y exigir una mayor aportación a quienes más ganan. Para todos los trabajadores, es el momento ideal para revisar su situación personal y prepararse con antelación. La clave está en informarse, planificar y adaptarse a este nuevo marco normativo que, sin duda, marcará el futuro de las pensiones en España.

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