La reforma laboral de 2025 ha traído consigo importantes cambios en la organización del trabajo en España. Aunque estas modificaciones tienen como objetivo mejorar las condiciones laborales y adaptarse a nuevas realidades productivas, su impacto no es igual para todos. Para las pequeñas y medianas empresas (pymes), estas medidas suponen un reto particular: deben adaptarse a nuevas exigencias legales en un contexto de recursos limitados.
Desde la reducción de la jornada laboral hasta el endurecimiento del uso de contratos temporales, pasando por obligaciones tecnológicas como el control horario digital, las pymes están en el centro del debate sobre la sostenibilidad de estas reformas. En este artículo analizamos punto por punto cómo afectan estas medidas a las pequeñas empresas, qué riesgos enfrentan y qué oportunidades pueden aprovechar.
1. Reducción de la jornada laboral a 37,5 horas sin recorte salarial
La reforma reduce la jornada máxima de 40 a 37,5 horas semanales, sin disminuir el salario y con flexibilidad en distribución o días libres añadidos.
Pequeñas empresas como panaderías o comercios familiares, muchas con turnos intensivos, deberán reorganizar horarios, turnos y descansos, lo que encarece la hora de trabajo.
2. Registro horario digital obligatorio
Todas las empresas deberán implantar sistemas digitales para registrar entradas, salidas y descansos, accesibles a Inspección de Trabajo. Las sanciones pueden llegar a 10.000 € por trabajador en caso de incumplimiento.
Para las pymes supone inversión en tecnología (software, formación), pero aporta fiabilidad legal y control de horas extras.
3. Restricción a la temporalidad y fomento del contrato indefinido
Se endurecen los límites al uso de contratos temporales, eliminando los de obra y servicio genéricos. Las pymes tienen que adaptar más contratación indefinida o fijo-discontinuo.
Este cambio exige revisar políticas de RR.HH. e incrementar estabilidad, aunque reduce la litigiosidad por despidos injustificados.
4. Derecho a la desconexión digital
Se consolida el derecho a no recibir comunicaciones laborales fuera del horario y el respeto al descanso. Las pymes deben establecer protocolos concretos para evitar incumplimientos que generen reclamaciones .
5. Impacto del nuevo Salario Mínimo y MEI
Aunque también parte de la reforma, el alza del SMI y el aumento del Mecanismo de Equidad Intergeneracional elevan costes por hora trabajada.
Según Cepyme, el SMI supone ya el 70 % del salario medio en pymes, y la combinación de estos incrementos habría reducido cerca de 350.000 empleos desde 2018.
6. Costes, productividad y competitividad
La patronal (CEOE, Cepyme) sostiene que la obligación legal de reducción de jornada y registro obligatorio afecta a la competitividad y encarece costes laborales en pymes, mientras se cuestiona que genere automáticamente más beneficios.
Sin embargo, otros informes indican que una gestión efectiva, automatización y formación pueden aumentar la productividad sin pérdida económica .
7. ¿Oportunidades para pequeñas empresas ágiles e innovadoras?
Las pymes que apuesten por digitalización, metodologías eficientes y cultura de productividad pueden convertir estos cambios en ventaja competitiva.
Con la reducción de jornada y autonomía horaria, pueden retener talento y mejorar satisfacción laboral .
8. Claves prácticas para pymes ante la reforma
- Digitalizar registros de jornada con software accesible y económico.
- Revisar tipos de contrato y optar por indefinidos o fijo-discontinuos.
- Analizar impacto presupuestario del SMI y cotizaciones MEI/solidaridad.
- Revisar horarios, turnos y jornadas para cumplir sin perder eficiencia.
- Promover protocolos de desconexión fuera del trabajo.
- Formar equipos en gestión digital y flexibilidad responsable.
- Considerar ayudas o incentivos a pymes, que el Gobierno discutirá en paralelo.
La reforma laboral 2025 impone retos estructurales a las pymes: reducción de jornada, control horario, contratos indefinidos, derecho a desconexión y mayores costes estructurales. No obstante, también ofrece oportunidades para quienes se digitalicen, optimicen procesos y desarrollen una cultura atractiva para el talento. La clave está en planificar, invertir en herramientas, formar al equipo y diseñar una transición ordenada.